Dinorah J. Reyes Bravo
Reviste gran importancia el conocimiento cada vez
más amplio del proceso de evaluación, el que permite, en dependencia de su
calidad, la eficacia y eficiencia de la intervención con la intensión de
satisfacer las necesidades educativas especiales de los escolares. Cada uno de
los especialistas educativos tienen una gran responsabilidad en la definición
de dichas necesidades, ya que ésta no es privativa de uno solo, sino del equipo
multidisciplinario en general, todos cumplen una función importante en este trabajo
colaborativo con una perspectiva integradora. Es por ello que todos deben de
profundizar en su preparación para llevar a cabo el mismo con la calidad
requerida.
Mucho se ha hablado y escrito sobre la evaluación de las necesidades
educativas especiales, pero aún requerimos de trabajar desde un punto de vista
más didáctico en torno a este proceso para su mejor comprensión y desarrollo.
La finalidad práctica del presente trabajo, sustentado en elementos
teóricos y enriquecido con la experiencia profesional de 30 años de trabajo en
la educación especial, es abordar el proceso de evaluación de una forma más
asequible para su mejor comprensión.
La evaluación psicopedagógica.
La Evaluación Psicopedagógica es un proceso de toma de decisiones sobre
el tipo de respuesta educativa que demanda el alumno para favorecer su adecuación de
desarrollo personal a
través de un aprendizaje desarrollador, orientando para ello el
proceso educativo en su conjunto, asimismo como facilitar la mejora de la labor
de los docentes, esto apunta a que la Evaluación Psicopedagógica cumple con una
función preventiva ya que no se restringe exclusivamente a propuestas de
atención individual, sino que conduce sus propuestas a garantizar una práctica
educativa apropiada para el desarrollo
de todos los alumnos.
Para ello resulta primordial la complementariedad que sólo puede
garantizarse desde el debate
y los acuerdos compartidos entre el especialista o equipo multidisciplinario y
el grupo pedagógico, respetando las atribuciones profesionales de cada uno. Por
ende la Evaluación Psicopedagógica debe ser un proceso colaborativo, dialógico
y compartido entre especialista(s) y docente(s).
El objeto central de la evaluación, tal como se conciben en el proceso
de adaptación curricular son las necesidades educativas, según Verdugo (1995)
dichas necesidades pueden entenderse como consecuencia de la interacción entre
las variables individuales (competencia curricular, estilo y ritmo de
aprendizaje, historia previa del desarrollo y aprendizaje y evaluación del
desarrollo) así como las de tipo escolar, ubicadas ambas en el marco más
general de los sistemas familiar y comunitario.
Esta evaluación suele tener como
referente de los resultados un criterio (en este caso es el currículo) y no una
norma, por lo que se ha dado en llamarla evaluación basada en el currículo.
La evaluación psicopedagógica
tiene un carácter preventivo ya que, aunque se centra en el caso de alumnos
concretos, las conclusiones que emanan de la misma pretenden la mejora del
proceso de enseñanza-aprendizaje que factiblemente puede extenderse a todos los
alumnos. Incluso en el propio escolar, la información que se obtiene durante el
proceso de evaluación, nos puede estar indicando situaciones que se tornan una
amenaza para el adecuado desarrollo del menor así como del propio grupo
escolar.
Este proceso se sustenta en una serie de principios que nos
proporcionan pautas para su ejecución:
Carácter funcional: debe servir para tomar decisiones respecto al
proceso de enseñanza-aprendizaje, para ello se evaluará a los alumnos tomando
referencia de los aprendizajes curriculares y sus condicionantes, todo ello en
condiciones educativas naturales. La obtención de información que no nos
conduce a algo práctico, le resta esta funcionabilidad al proceso.
Carácter dinámico: debemos determinar el potencial de aprendizaje
para considerar posibles ayudas para el desarrollo del alumno.
Carácter científico: para la recogida y análisis de los datos se
debe tener en cuenta las variables más relevantes y evaluar hipótesis de
trabajo. La cientificidad del proceso no sólo la brindan las técnicas e
instrumentos que se apliquen, sino el hecho de la objetividad del estudio y la
posibilidad de hipotetizar, corroborar o descartar ese planteamiento inicial.
Carácter educativo: debe partir de los resultados y ser parte de
la evaluación de las competencias curriculares ordinaria para lo cual deben
participar todos los profesionales que incidan en el sujeto de la evaluación.
Carácter personalizado: el resultado de este proceso debe de permitir
caracterizar al menor, para ello la información que se recoge del mismo debe de
hacerse sobre la base de las características personológicas del escolar.
Carácter integrador: no se valora desde una sola perspectiva al
escolar, sino que se tiene en cuenta, a partir del currículo, todas las
dimensiones de su desarrollo que contribuyen al aprendizaje.
Carácter colaborativo y dialógico: se revela ante la necesidad de todos los
actores del proceso de dialogar, intercambiar criterios en torno a la toma de
decisiones así como su propia participación en el mismo.
La finalidad de la evaluación psicopedagógica es servir de pauta para la
elaboración, seguimiento y valoración de la propuesta curricular, necesaria
para responder adecuadamente a las necesidades que presenta el alumno.
Para lograr una adecuada atención a estos
escolares, es sumamente importante su detección y adecuada valoración desde una
perspectiva sociopsicopedagógica, si tenemos en cuenta los elementos que
conforman esta conceptualización. Una detección oportuna favorecería la
adecuada superación de estas dificultades por la satisfacción de sus
necesidades educativas especiales, lo que precisa de un proceso de evaluación
atendiendo los diferentes entornos donde interactúa el escolar además del
propio niño. El concebir el aprendizaje como un proceso interactivo y social,
sustenta esta concepción de la evaluación.
Es por esta razón que la evaluación ya no se
reduciría a realizar toda una relación de limitaciones y deficiencias de estos
menores, es un proceso de carácter sistemático, sistémico, interactivo y
contextualizado. Está orientado a establecer relación causa-efecto, buscando la
naturaleza de las dificultades, cómo han influido en ellas los diferentes
contextos educativos: escuela-familia-sociedad, además de sus potencialidades
de desarrollo.
Esta actividad habrá de reunir la información del alumno y su contexto
familiar y escolar que resulte relevante para ajustar la respuesta educativa a
sus necesidades:
a) Del alumno: Condiciones personales de deficiencias o sobredotación,
historia educativa incluyendo la escolar, competencia curricular así como ritmo
y estilo de aprendizaje.
b) Del contexto escolar: Análisis de las características de la
intervención educativa, de las características y relaciones que se establecen
en el grupo clase y fuera de ella, así como de la organización de la respuesta
educativa.
c) Del contexto familiar: Características de la familia y de su entorno,
expectativas de los padres y posibilidades de cooperación en el desarrollo del
programa de atención educativa en el seno familiar.
No se debe de obviar la información en relación con el contexto social
donde el escolar interacciona, pues también ejerce influencias en el desarrollo
de los sujetos.
Qué debe determinarse a través del proceso de evaluación?
·Principales habilidades y
dificultades del alumno en las distintas áreas.
·Naturaleza de sus necesidades
educativas especiales.
·Tipo de apoyos que requieren
para satisfacer estas necesidades.
Etapas de la
evaluación psicopedagógica.
Las relaciones causales que están detrás de las
manifestaciones externas de la situación educativa no son factoperceptibles, es
decir, no se ven a simple vista, por eso, a diferencia de la evaluación que se
realiza en un plano empírico, el diagnóstico –entendido este desde la
perspectiva sociopsicopedagógica, donde se definen las necesidades del escolar-
ha de realizarse en un plano teórico, a través de un proceso de formación de
conjeturas sobre las relaciones que se están desarrollando entre el alumno y su
entorno educativo, esto conforma lo que se denomina situación educativa.
Este proceso de evaluación implica un continuo, se evalúa para, a partir
de la definición de necesidades, intervenir en pos de la satisfacción de las
mismas, pero a su vez requiere de un seguimiento y control de dicha
intervención que permita evaluar la calidad y eficiencia de este proceso.
A su vez cada una de estas etapas consta de momentos que siguen la
lógica del proceso. La evaluación inicia por la recogida de información, donde
se recopilan indicios de interés, evidencias para poder formular una hipótesis
en relación con la situación del escolar.
Este momento inicial del proceso evaluativo es sumamente importante. Se
utilizarán procedimientos, técnicas e instrumentos como entrevistas,
observaciones, revisión de documentos que aporten información apreciable para
la toma de decisiones en relación con el curso que debe de seguir el mismo.
Permitirá posteriormente:
*Formulación de la hipótesis. Selección de los
instrumentos de evaluación.
*Aplicación de los instrumentos seleccionados.
*Análisis de los resultados.
(elementos a favor y carencias, debilidades y desventajas)
*Definición de las necesidades.
*Toma de decisiones para la intervención.
El evaluar en función de las necesidades educativas de los escolares
desde la perspectiva sociopsicopedagógica, donde se toma en cuenta en el
aprendizaje escolar no sólo lo que atañe al alumno, sino también lo contextual,
por esa relación sistémica niño-entorno, es fundamental la búsqueda de
información relevante que nos permita desentrañar las causas de las
dificultades que se dan en ese proceso de adquisición y apropiación del
conocimiento por parte del alumno, así como otras desviaciones que si no
constituyen en sí un obstáculo, permite prevenir la aparición de nuevas
dificultades.
En esta etapa de la recopilación inicial de la información necesaria
para, a partir de ella poder establecer una hipótesis, se requiere del uso de
técnicas que nos permitan la obtención de datos significativos que nos
conduzcan a acciones oportunas durante este proceso. Entre estas técnicas
contamos con la entrevista y la observación.
La entrevista tiene como propósito obtener información confiable, de
interés sobre determinados hechos, fenómenos, personas, concretando la
finalidad de la misma para que no resulte una actividad infructuosa, sin una
intencionalidad definida. No debe realizarse sin tener conocimiento pleno de lo
que precisamos obtener a través de ella.
Esta técnica debe ser realizada siempre que sea necesario ampliar,
enriquecer o verificar los datos obtenidos a través de otros métodos o técnicas
utilizadas con anterioridad, o cuando sea necesario obtener información que no
pueda ser adquirida con la utilización de otros métodos o técnicas. En gran
medida el logro de nuestros propósitos al utilizar la misma depende del nivel
de comunicación que se alcance entre entrevistador y entrevistado.
La anamnesis es la entrevista que se utiliza en la búsqueda de
información relevante para la evaluación psicopedagógica.
Anamnesis (del griego
αναμνησις, anámnesis = traer a la memoria)
significa 'recolección', 'reminiscencia', 'rememoración'. La anamnesis en
general apunta a traer al presente los recuerdos del pasado, recuperar la
información registrada en épocas pretéritas. Término utilizado en Medicina,
Psiquiatría y Psicología.[1]
En medicina, la anamnesis es el término médico empleado en los conocimientos
y habilidades de la Semiología clínica, para referirse a la información
suministrada por el propio paciente al médico durante una entrevista clínica,
con el fin de agregar dicha información en la historia clínica.
La anamnesis es la reunión de datos subjetivos, relativos a un paciente,
que comprenden antecedentes familiares y personales, experiencias y, en
particular, recuerdos, que se usan para investigar su situación clínica. Además
de la anamnesis, el médico puede obtener información mediante otros métodos,
como la exploración física o examen físico, así como el análisis clínico.
En Psicología constituye la recopilación de datos sobre el paciente para
poder reconstruir su historia personal y situar sus síntomas en la dinámica de
la evolución individual. Desde el punto de vista del paciente puede referirse a
la traída a la memoria de las ideas de los objetos o hechos olvidados.
En el caso de la Educación Especial, con la nueva perspectiva de la
evaluación, su carácter sociopsicopedagógico, no se le denomina como tal, más
bien se habla de la historia del desarrollo, entrevista a padres, etc. Se
busca, en fin, recolectar datos de una serie de rubros del desarrollo así como
de su vida escolar, familiar y social.
Este tipo de entrevista se estructura previamente con la finalidad de
adquirir esta información a la que se hizo alusión anteriormente, buscando la
mayor objetividad posible, se realiza con los familiares y allegados del
escolar que puedan proporcionar tal información. Algunos de los elementos que se
buscan son:
Dentro de la historia de vida antecedentes significativos del periodo
gestacional, nacimiento y evolución posterior, incluyendo información en
relación al desarrollo psicomotor y del lenguaje, la salud, alimentación, sueño
y validismo, así como el control de esfínteres.
Historia escolar. Contempla edad en que inició la misma, adaptación, sistema de
relaciones establecidas con docentes y compañeros, formación de hábitos y
habilidades, estabilidad de docentes y escuelas, atención recibida, conducta
del menor, aprendizaje, etc.
En el medio familiar sistema de relaciones entre los miembros del grupo familiar, lugar del
escolar en el mismo, conducta del mismo, hábitos, favorecimiento de la
autonomía, métodos educativos, estimulación cultural y recreativa, economía y
satisfacción de necesidades materiales y espirituales, entre otras.
Desde lo comunitario, características de la zona de residencia, relaciones que se establecen
entre los miembros de la comunidad, aprovechamiento de los recursos comunitarios
de existir los mismos, etc.
Es preciso tener en cuenta que en ocasiones, al reevaluar al alumno con
necesidades educativas especiales, es necesario volver a entrevistar a sus
familiares. Esto en otra etapa, en las que la evaluación la caracterizaba el
modelo médico se denominó Catamnesis.
Catamnesis [catamnesis] f. (Medicina)
Seguimiento de la historia de un paciente. katá κατά gr. 'en todas sus partes',
'por completo' (sign. 1 'hacia abajo') +mnē-μνῆμα gr. 'recuerdo' + -si(s)/-s(o)-gr. Leng.
base: gr.
Neol. s. XIX
o XX.
A partir de anamnesis. Seguimiento para establecer pronósticos.[2]
Dentro del proceso de evaluación psicopedagógica desempeña un papel
importante por la información que brinda en relación al alumno y los contextos
con los que interactúa el mismo. En este tipo de entrevista se busca la
información susceptible de cambios, pues hay datos como lo concerniente a la
gestación, nacimiento, evolución en los primeros años, que no tienen objeto
preguntar por ellas nuevamente. A partir de la entrevista anterior, sólo se
recaba lo que puede haber sufrido variaciones. Se corre el riesgo de repetir la
misma en su forma inicial, que se reporten cuestiones que difieren mucho de lo
obtenido originalmente.
También el propio escolar objeto de evaluación devela información que
puede ser de utilidad en este proceso. En el transcurso de la evaluación
psicopedagógica se toma en cuenta la referencia que nos ofrece el alumno en la
fase inicial de la aplicación de pruebas, donde se suele establecer el rapport
con el mismo. Es oportuno conocer el nivel de información que posee de su medio
y de su propia situación escolar. Los datos que nos brinda se contrastan con
los que se poseen.
Es importante obtener información del maestro, resulta fundamental los
datos que nos pueda ofrecer. Al estructurar esta entrevista se debe de tener en
cuenta:
Si asiste diariamente a la escuela. Su
puntualidad.
Conducta que sostiene en las actividades
escolares.
Si posee y conserva en buen estado los
materiales docentes (cuadernos, libros de textos, cuadernos de trabajo, etc.)
Relación maestro-alumno y del alumno con sus
compañeros de grupo y escuela.
Participación en clases y las actividades
escolares.
Lugar que ocupa dentro del salón de clases.
Resultados académicos.
Forma de trabajo del alumno.
Si el docente le brinda ayuda al escolar para
superar sus dificultades. Qué tipo de ayuda le ofrece. Cómo el menor se muestra
ante ella.
En qué asignaturas trabaja mejor, participa más,
tiene mejores rendimientos. Dónde presenta dificultades. Cuál es su criterio en
relación a las mismas.
Intereses y motivaciones del menor.
Su atención en las actividades escolares.
Cómo trabaja mejor: en equipo, solo, con algún
compañero en específico, tolera los ruidos o prefiere el silencio, utilizando
materiales concretos, etc.
Comunicación y lenguaje (dificultades en el
lenguaje, calidad del vocabulario, etc.)
Realización de tareas.
Estado de salud del menor.
Vínculo hogar-escuela. Cómo la familia apoya al
menor.
Expectativas del maestro en relación con el
menor.
Se debe valorar al final la actitud del maestro durante la entrevista en
el registro que hacemos de la información aportada por él. Es importante
señalar que siempre puede estar permeada por la subjetividad del docente, no
obstante siempre nos proporcionará información de valor.
También se considera necesario entrevistar a otras personas cercanas al
escolar que pueden ofrecer datos importantes.
La observación es otro de los instrumentos que se utilizan para recabar
testimonios en torno a la situación del escolar así como de su relación en los
diferentes entornos. Se desarrolla en las condiciones habituales, sin ser
provocadas, con vista a ofrecer una explicación científica sobre la naturaleza
interna de los fenómenos percibidos. Nos lleva al conocimiento profundo de
éstos a partir del registro de determinada información, la que por lo regular
no se puede obtener por otros medios.
Observar constituye una habilidad profesional para el docente.
Para que la observación se realice con el adecuado grado de cientificidad
y sus resultados sean confiables, debe:
Concretar con claridad los aspectos que serán
objeto de estudio.
Debe calificarse por su objetividad.
Distinguir entre la descripción de los fenómenos
y la interpretación de su naturaleza interna.
Ser sistemática.
Una de las actividades que suelen llevarse a cabo dentro del proceso de
evaluación psicopedagógica es la observación a clases. Las mismas deben cumplir
los requerimientos abordados anteriormente. Es necesario establecer el objetivo
de la observación así como los indicadores que responden al mismo, lo que
facilitará el registro de la información que se obtenga a partir de esta. Es
importante aclarar que datos de interés que se constaten en la observación de
la actividad prevista, aun no siendo parte de nuestro propósito, debe asentarse
en el documento. Esto puede constituirse en objetivo de sucesivas
observaciones.
Revisión de documentos. En este caso se hace referencia a evaluaciones
aplicadas, los cuadernos de trabajo, registro de evaluación del docente, entre
otros, lo que facilita el conocimiento de la atención que recibe el escolar y
verificar las dificultades que ha presentado en el aprendizaje, su evolución,
etc.
Siempre insisto que uno de los documentos más importantes son los
cuadernos del escolar, pues ellos no sólo hablan de la situación del menor,
sino también de la preocupación de la familia y la atención que el docente le
brinda al niño, si revisa y lo hace correctamente, si se le da tratamiento
remedial a las dificultades. También existe la tendencia de que el maestro
utiliza el cuaderno del escolar para enviar mensajes a los padres del mismo:
citas, situación del menor, etc. En fin, los cuadernos suelen darnos una
panorámica del estado del sujeto objeto de evaluación en varias dimensiones, lo
que resulta de suma utilidad en este proceso. Toda la información que obtenemos
por esta vía debemos de registrarla y de ser posible conservar algunas
evidencias de las mismas.
Además de estos documentos es importante solicitar información médica
útil en caso del niño recibir atención especializada por algún problema de
salud, de ser necesario solicitar alguna información en tal sentido. Ello
también se constituye en evidencias para la evaluación.
La evaluación detallada del alumno nos va a ayudar a comprender cuáles
son los factores personales que están dificultando su desarrollo. No obstante,
como se ha indicado, necesitamos también información pormenorizada de los
contextos en los que se desenvuelve, dado que el nivel de competencia que presenta
un alumno en un momento dado, es el producto de sus características personales
y la historia de las interacciones que ha venido realizando con su entorno, así
como los factores que facilitan o dificultan, en el momento actual, la
aplicación de las habilidades aprendidas.
La información recogida debe satisfacer una doble exigencia: por una
parte debe tener un carácter descriptivo, es decir, debe aportar datos acerca
de cómo el alumno responde frente a la situación de aprendizaje y, por otra,
debe contener un carácter explicativo acerca de las estrategias cognitivas que
emplea, el tipo de errores más frecuentes que comete, los recursos
utilizados...
A partir de la información obtenida, el equipo multidisciplinario o el
especialista, en caso de que sea único para estos efectos, debe de analizar la
misma para señalar los elementos que nos den la posibilidad de hipotetizar en
relación a la situación del escolar, tomando como punto de partida el motivo de
la evaluación y las evidencias recopiladas en esta fase inicial.
Estas muestras darán las pautas para establecer una hipótesis en
relación a las posibles alteraciones que presenta el menor y que darán
respuesta al motivo de la evaluación.
Este motivo de la evaluación no se puede perder de vista, es el eje del proceso
de evaluación, ya que hay que dar respuesta a la misma. Está claro que todo
gira alrededor del aprendizaje del niño; las dificultades sensoriales
obstaculizan el proceso de aprender, los problemas de conducta, las
alteraciones emocionales, las comunicativo-lingüísticas, incluso las
contextuales, pero es en el proceso de evaluación donde se debe desentrañar qué
está generando estas dificultades, establecer nexos, relaciones causales que
están limitando el desarrollo del escolar, ya que deben ser atendidas durante
el proceso de intervención. En fin, la evaluación no cumple su objetivo si no
se le da respuesta al motivo por el cual se llevó a cabo la misma.
Es la hipótesis la que, tomando en cuenta las dificultades por áreas,
nos lleva a la selección de los instrumentos a aplicar, los que nos van a
permitir refutar o corroborar la hipótesis planteada. He ahí unos de los
aspectos que nos permiten plantear la cientificidad del proceso.
El registro de la información durante la aplicación de pruebas.
Esta evaluación se sintetiza en el informe psicopedagógico,
el mismo es un documento que tiene una doble naturaleza, administrativa y
técnica, a través del cual, por una parte, pone en conocimiento de la situación
evolutiva y educativa del alumno
en los diferentes contextos de desarrollo
fundamentalmente a partir
de la interacción con los adultos (padres y docentes), con los compañeros y con
los contenidos de aprendizaje- y, por otra, permite concretar sus necesidades
educativas en términos de la propuesta curricular y del tipo de ayuda que va a necesitar para facilitar y estimular su
progreso; todo ello como resultado
de un proceso de Evaluación Psicopedagógica.[3]
En este documento se
recoge la información más significativa, de acuerdo con la naturaleza contextual e
interactiva del desarrollo
y del aprendizaje del alumno o de su contexto,
la valoración que de ella hacen los profesionales y las conclusiones más
relevantes. Se trata de una propuesta de organización de la información
claramente abierta y flexible que no tiene porqué traducirse directamente en un
modelo de informe estandarizado. [4]
Por ello durante la aplicación de los instrumentos se debe tener en
cuenta para el informe una serie de aspectos que se constituye en parte de la
información que se adquiere en este proceso, mismo que el especialista debe de
registrar durante la aplicación de los instrumentos seleccionados. Es
importante señalar que esta información es la que permite hacer la
interpretación de los resultados cualitativamente. Dentro de la misma se debe
de registrar: desarrollo físico, presentación o aspecto personal (denota
atención familiar), interés y motivación del escolar, ritmo de trabajo, método
de trabajo que utiliza para la solución de las tareas, atención, reconocimiento
de errores cometidos, asimilación y transferencia de la ayuda, comprensión de
las instrucciones, razonamientos, lenguaje (calidad de las respuestas,
vocabulario y expresión oral). Es importante tener en cuenta el estrecho
vínculo entre pensamiento y lenguaje. Conducta mostrada durante la situación de
pruebas, actitud ante los señalamientos y el trabajo, constancia en el
esfuerzo, grado de independencia.
En este proceso se debe valorar en el alumno:
*el nivel de desarrollo del pensamiento.
*el estado de la memoria: inmediata,
mediata, mecánica y lógica.
*la atención y la capacidad de trabajo.
*estado de los procesos perceptivos.
*posible existencia de trastornos
emocionales.
No podemos perder de vista que el centro de la evaluación está en la
determinación de la situación curricular en la que el alumno se encuentra, las
barreras existentes para la adquisición de estos aprendizajes, así como la
identificación de necesidades educativas especiales y las potencialidades de
desarrollo, además de los elementos favorecedores para el logro de los mismos.
Este sería el punto de partida para precisar las acciones educativas que
se llevarán a cabo.
Toda esta información tomada en cuenta por cada especialista, -cuando se
trabaja en equipo multidisciplinario sobre todo, sin obviar cuando se
desarrolla de forma individual-, se integra en el informe psicopedagógico, de
vital importancia para la toma de decisiones en relación a la respuesta educativa
a dar al escolar para la satisfacción de dichas necesidades educativas
especiales.
Luego que se aplican los instrumentos, debe existir otro momento donde
se analicen los resultados del proceso de evaluación a través de los informes
de cada uno de los especialistas, donde se tomen en cuenta los aspectos más
relevantes develados en el mismo. Se verán coincidencias y la situación en
relación a las competencias curriculares, no podemos obviar que este proceso
gira alrededor del currículo escolar.
El proceso se sistematiza a través del informe psicopedagógico.
Este informe es importante ya que constituye un documento que se
conserva dentro del expediente o carpeta psicopedagógica, el que resume la
situación del escolar partiendo del motivo de evaluación, sin ser necesario
revisar, desde un inicio, el estudio de cada especialista y su criterio
evaluativo, por tanto constituye una síntesis del proceso de evaluación. En lo
adelante es la fuente de referencia sin omitir que puede constituir un
documento legal.
Al ser una síntesis del proceso evaluativo no puede ser reiterativo,
debe tomar en cuenta elementos de interés que den respuesta al motivo de
evaluación, desechar toda información superflua e inoperante que no nos aporte
ninguna explicación de la situación del escolar. Debe establecer relación
causa-consecuencias para una mejor comprensión del fenómeno en cuestión. El
informe es una caracterización del proceso de aprendizaje del sujeto objeto de
estudio, lo que implica al menor y la relación existente entre los diferentes
contextos con los que interactúa. En fin, nos permite percibir al escolar en
todas sus dimensiones.
De ahí su nivel de cientificidad, cuidando el uso del vocabulario
técnico sin dejar de ser comprensible para el personal docente, que es en fin,
hacia quien se dirige el mismo, además del propio grupo de especialistas
educativos.
Es preciso señalar que la evaluación aún cuando se dirige a conocer las
causas de las dificultades del escolar, también debe avizorar las cuestiones
que pueden incidir posteriormente en el adecuado desarrollo del alumno, con la
finalidad de tomar acciones preventivas, por lo que debe ser destacado en el
informe. No tiene ningún valor que sólo veamos a corta distancia cuando podemos
anticiparnos a situaciones que afectarían el progreso del escolar.
El informe no lleva un formato como tal, no tiene un orden en su
elaboración, lo que no debe omitirse ninguno de los elementos de interés en su
realización. Debe ser descriptivo y explicativo, de forma tal que cuando leamos
el mismo nos permita visualizar al menor y la situación que lo envuelve, tanto
limitante como favorecedora.
Un proceso de evaluación inicial, finaliza cuando es posible determinar
cuáles son las necesidades educativas especiales de un alumno en particular. Es
importante explicar cuál es su nivel de funcionamiento general, qué sabe y qué
no sabe hacer al respecto a una propuesta curricular, cómo es su estilo de
aprendizaje, incluso cuál es el diagnóstico que más se acerca a sus
características. Sin embargo, esas referencias por sí solas, difícilmente son
relevantes para formular una respuesta educativa pertinente que favorezca la
satisfacción de sus necesidades. Posiblemente se corra el riesgo de introducir
medidas parciales establecidas en las dificultades del alumno, o en las
características de algunos de los ámbitos donde se desenvuelve (olvidando los
demás). Este paso es consecuencia de los anteriores, desarrollándose de forma
tal que dé respuesta a una serie de interrogantes en torno a funcionamiento
actual, las características del entorno así como los apoyos que requiere para
la satisfacción de dichas necesidades educativas especiales.
En fin…
La evaluación es un proceso reflexivo, laborioso, consciente y
responsable en el que participan todos los actores educativos. Sus resultados
son el punto de partida de una adecuada intervención, de ahí que su calidad es
fundamental para el logro de resultados exitosos en la satisfacción de las
necesidades educativas especiales de los escolares.
[2]Diccionario médico-biológico, histórico y etimológico.
http://www.dicciomed.es/php/diccio.php?id=954
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