Qué debemos atender durante la evaluación psicopedagógica?

Dinorah J. Reyes Bravo

Unas de las prácticas cotidianas que realizan los especialistas de Educación Especial es la evaluación psicopedagógica, actividad que no resulta nada sencilla por todo lo que ésta implica. Sin embargo he observado que se torna más compleja a la hora de definir necesidades educativas especiales por falta de información, la que no se registra en este proceso y que alcanza dimensiones de gran valor para su fin.
La intención no es brindar una guía para realizar la evaluación psicopedagógica, pero sí ofrecer algunos elementos que se deben de tener en cuenta durante este proceso que contribuiría en gran medida a la toma de decisiones que deviene del mismo.
Lo que debemos atender…
La Evaluación Psicopedagógica es un proceso de toma de decisiones sobre el tipo de respuesta educativa que precisa el alumno para favorecer su adecuación de desarrollo personal a través de un aprendizaje desarrollador, orientando para ello el proceso educativo en su conjunto, lo que posibilita mejorar la tarea de los docentes, por tanto la Evaluación Psicopedagógica cumple con una función preventiva ya que no se circunscribe exclusivamente a propuestas de atención individual, sino que dirige sus propuestas a asegurar una práctica educativa adecuada para el desarrollo de todos los alumnos.
Para ello resulta primordial la complementariedad que solo puede garantizarse desde el debate y los acuerdos compartidos entre el especialista y el grupo pedagógico, respetando las atribuciones profesionales de cada uno. Por tanto la Evaluación Psicopedagógica debe ser un proceso colaborativo, dialógico, compartido entre el especialista y el docente.
Esta evaluación se sintetiza en el informe psicopedagógico, es un documento que tiene una doble naturaleza, administrativa y técnica, a través del cual, por un lado, se da razón de la situación evolutiva y educativa del alumno en los diferentes contextos de desarrollo fundamentalmente a partir de la interacción con los adultos (padres y docentes), con los compañeros y con los contenidos de aprendizaje- y, por otro, permite concretar sus necesidades educativas en términos de la propuesta curricular y del tipo de ayuda que va a necesitar para facilitar y estimular su progreso; todo ello como resultado de un proceso de Evaluación Psicopedagógica.[1]
En este documento se recoge la información más significativa, de acuerdo con la naturaleza contextual e interactiva del desarrollo y del aprendizaje del alumno o de su contexto, la valoración que de ella hacen los profesionales y las conclusiones más relevantes. Se trata de una propuesta de organización de la información claramente abierta y flexible que no tiene porqué traducirse directamente en un modelo de informe estandarizado. [2]
Por ello durante la evaluación se debe tener en cuenta para el informe una serie de aspectos que se constituye en parte de la información que se adquiere en este proceso, muchas veces se suelen omitir algunos de estos indicadores tan importantes para la toma de decisiones, no se consideran trascendentes, sin embargo nos pueden señalar problemas que originan dificultades en el desempeño académico, más aún, nos ayuda a realizar, en el caso del uso de pruebas estandarizadas, una interpretación cualitativa de los resultados alcanzados por el escolar. Se sugiere registrar lo siguiente:
ð  desarrollo físico, presentación o aspecto personal (denota atención familiar e incluso puede brindar indicadores en relación a la salud del menor)
ð  nivel de información personal y de su medio sociocircundante, esto también indica las influencias que recibe de su contexto familiar, se obtiene de la entrevista inicial que se realiza que permite establecer rapport con el menor. También permite conocer desarrollo del lenguaje.
ð  interés y motivación (si se muestra motivado, desmotivado por las tareas, no se interesa por ellas, es cooperador, necesita de mucha motivación para lograr la realización de las mismas, intereses lúdicos, preferencias, etc).
ð  ritmo de trabajo (rápido, aceptable, pausado, lento, muy lento, con fluctuaciones pero marcando hacia dónde va la tendencia), es incuestionable la importancia de esta información.
ð  método de trabajo (si es desorganizado, planifica previamente las acciones a realizar, estructura su actividad, utiliza el ensayo y error para la solución de las tareas, etc, en esencia cómo resuelve las tareas).
ð  atención (dispersa, marcada distractibilidad, impresiona concentrado, ante los estímulos del medio se distrae, sostenida), debemos recordar que las dificultades atentivas inciden en los resultados de su actividad.
ð  reconocimiento de errores (no los reconoce ni con ayuda, reconoce ante las alertas, con ayuda logra reconocerlos, se le dificulta reconocerlos aún con ayuda, tiene crítica de sus errores, lo que lo hace consciente de su situación, poniendo todo su empeño para su mejora).
ð  asimilación y transferencia de la ayuda (asimila la ayuda y la transfiere a situaciones análogas, se le dificulta asimilarla y en qué grado, es torpe, lo hace con facilidad).
ð  comprensión de las instrucciones.
ð  razonamientos.
ð  lenguaje (calidad de las respuestas, nivel de desarrollo del vocabulario y la expresión oral). Es importante tener en cuenta el estrecho vínculo entre pensamiento y lenguaje, un pobre desarrollo del lenguaje repercute en la comprensión de las instrucciones y por tanto en la ejecución de tareas.
ð  conducta (si se muestra acorde a la situación de prueba, si es intranquila, pasiva, no guarda distancia social, estado de ánimo, si se muestra tenso, angustiado, ansioso, emociones: si se muestra alegre ante el éxito, triste ante el fracaso, si se frustra ante los errores cometidos, etc).
ð  actitud ante los señalamientos y el trabajo (si tiene baja tolerancia a las frustraciones, reacciona ante ellos, se muestra receptivo, se preocupa por los resultados obtenidos, etc).
ð  constancia en el esfuerzo (perseverancia, independencia, decisión -necesidad de resolver la situación-)
ð  grado de independencia (si trabaja con seguridad, es inseguro, necesita de la aprobación del adulto para la ejecución de las tareas, etc) Estos dos últimos aspectos son parte de la actividad volitiva del sujeto.
Esta información da una panorámica de la situación del escolar, brinda elementos que permiten definir necesidades educativas especiales del escolar y por tanto es necesaria para la intervención posterior.
En este proceso se debe valorar en el alumno a través de las diversas tareas:
ð   el nivel de desarrollo del pensamiento.
ð   el estado de la memoria: inmediata, mediata, mecánica y lógica.
ð   la atención y la capacidad de trabajo.
ð   estado de los procesos perceptivos.
ð   posible existencia de trastornos emocionales.
Detallando tendríamos que considerar lo siguiente:
Concerniente al pensamiento:
ð  es lógico si es secuencial, con análisis previo de las soluciones.
ð  si se observa lentificación en sus procesos o rapidez en los mismos al realizar las tareas propuestas, no siempre esto garantiza la calidad de la solución de las mismas.
ð  concreto si requiere visualizar u objetivizar siempre las tareas.
ð  pobreza en la actividad analítico-sintética, requiere de ayuda para la realización de la misma. Lo mismo con los procesos de comparación (semejanzas y diferencias), generalización (formación de conceptos) y abstracción.
Referente a la percepción:
ð  Percepción del espacio. (sistema de relaciones espaciales): Forma. Tamaño. Distancia. Dirección.
ð  Percepción del tiempo.
ð  Percepción visual, auditiva y táctil.
ð  puede darse de forma fragmentada y esquematizada, falta detalles.
ð  cómo percibe cualidades, partes, propiedades de los objetos.
Relativo a la memoria:
ð  predominio de un o varios tipos de memoria.
ð  velocidad, solidez y precisión con la que recuerda.
ð  disposición para memorizar.
Tocante a la atención:
ð  tipo de atención que predomina: voluntaria e involuntaria.
ð  puede describirse las características del proceso: estabilidad o constancia, volumen, distribución de la atención.
ð  concentrada, aparentemente concentrada, dispersa, distráctil.
En relación al lenguaje:
ð  contemplar desarrollo del vocabulario y la expresión oral.
ð  comprensión del lenguaje ajeno.
ð  relación de este proceso con los restantes así como con el aprendizaje.
También resulta substancial la información que nos brindan las entrevistas y las observaciones. Ambas tienen que tener objetivos específicos así como los criterios que se tendrán en cuenta para su estructuración.
No podemos perder de vista que el centro de la evaluación está en la determinación de la situación curricular en la que el alumno se encuentra, las barreras existentes para la adquisición de estos aprendizajes, así como la identificación de necesidades educativas especiales y las potencialidades de desarrollo, además de los elementos favorecedores para el logro de los mismos.
Este sería el punto de partida para precisar las acciones educativas que se llevarán a cabo.
Es pertinente reiterar que desde esta perspectiva educativa la evaluación se enfoca a conocer el estado de:
F  los procesos cognoscitivos.
F   los procesos afectivos-motivacionales.
F   la conducta.
F  las potencialidades de desarrollo.
F  las competencias curriculares.
El informe psicopedagógico.
Toda esta información tomada en cuenta por cada especialista, -cuando se trabaja en equipo multidisciplinario sobre todo, sin obviar cuando se desarrolla de forma individual-, se integra en el informe psicopedagógico, de vital importancia para la toma de decisiones en relación a la respuesta educativa a dar al escolar para la satisfacción de dichas necesidades educativas especiales.
Este informe es importante ya que constituye un documento que se conserva dentro del expediente o carpeta psicopedagógica, el que resume la situación del escolar partiendo del motivo de evaluación, sin ser necesario revisar, desde un inicio, el estudio de cada especialista y su criterio evaluativo, por tanto constituye una síntesis del proceso de evaluación. En lo adelante es la fuente de referencia sin omitir que puede constituir un documento legal.
Al ser una síntesis del proceso evaluativo no puede ser reiterativo, debe tomar en cuenta elementos de interés que den respuesta al motivo de evaluación, desechar toda información superflua e inoperante que no nos dé ninguna explicación de la situación del escolar, esto no debe perderse de vista pues en muchas ocasiones leemos informes con datos intrascendentales para la situación del menor. Debe establecer relación causa-consecuencias para una mejor comprensión del fenómeno en cuestión. El informe es una caracterización del proceso de aprendizaje del sujeto objeto de estudio, lo que implica al menor y la relación existente entre los diferentes contextos con los que interactúa. En fin, nos permite percibir al escolar en todas sus dimensiones.
De ahí su nivel de cientificidad, cuidando el uso del vocabulario técnico sin dejar de ser comprensible para el personal docente, que es en fin, hacia quien se dirige el mismo, además del propio grupo de especialistas educativos.
Es preciso señalar que la evaluación aún cuando se dirige a conocer las causas de las dificultades del escolar, también debe avizorar las cuestiones que pueden incidir posteriormente en el adecuado desarrollo del alumno, con la finalidad de tomar acciones preventivas, por lo que debe ser destacado en el informe. No tiene ningún valor que sólo veamos a corta distancia cuando podemos anticiparnos a situaciones que afectarían el progreso del escolar. Debemos ganar en tal sentido, pues es más fácil precaver que tratar de reeducar, rehabilitar, es la cultura de la prevención la que nos llevaría a un trabajo de calidad en el ámbito educativo.
El informe psicopedagógico debe incluir:
  • Datos personales.
  • Motivo de la evaluación.
  • Antecedentes relevantes de la historia del desarrollo del escolar que tengan incidencias en su proceso de aprendizaje (médicos y sociofamiliares del alumno).
  • Se integran los resultados obtenidos en relación con la actividad cognitiva, afectiva-motivacional y volitiva del alumno y su situación de aprendizaje, explicando el origen de la misma así como las posibilidades de desarrollo. Para ello se utilizará la información que brindan las diferentes pruebas e instrumentos aplicados, incluyendo las que atañen a la evaluación del nivel de competencia curricular. Se requiere explicitar el ritmo de trabajo que predomina en el alumno y los estilos de aprendizaje, lo que se debe de tener en cuenta para la posterior intervención. No quiere decir que debemos de acogernos a estos, sino cómo poder llevar al alumno a un estadio superior.
  • Condiciones físicas del escolar que pueden repercutir en el proceso de aprendizaje, si ya no tienen implicaciones en el mismo.
  • La relación existente entre la situación del escolar y las influencias brindadas por los diferentes contextos con los que interactúa: familiar, escolar y comunitario.
  • El informe debe señalar los aspectos positivos observados en el proceso de evaluación que favorezca la potenciación de sus avances escolares, no se puede convertir en un inventario de dificultades.
No concluye el mismo sin haberse determinado las necesidades del escolar atendiendo al funcionamiento actual y las características del entorno en el sentido de los elementos que pueden favorecer o dificultar el acceso a los aprendizajes, así como los apoyos que requiere el escolar: educativos, profesionales, técnicos, etc., además de la función de los mismos.
El informe no lleva un formato como tal, no tiene un orden en su elaboración, lo que no debe omitirse ninguno de estos elementos en su realización.
En fin
De manera muy generalizada se esbozan estos aspectos que resultan de tanto interés, pues en muchas ocasiones los especialistas vacilan ante la información a registrar en este proceso evaluativo.




[1] López Ma. José. El informe psicopedagógico. http://www.psicopedagogia.com./articulos
[2] idem.




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