Material de apoyo
para el módulo de la Especialización en Necesidades Educativas Especiales (fragmento)
Dinorah
J. Reyes Bravo
El presente material pretende exponer cierta información en
torno a los aspectos educativos de la discapacidad con el ánimo de que se
reflexione en cuanto al uso del término y lo que conlleva al mismo en la
atención educativa, pues lejos de pensarse de que no pueden aprender estos
niños como los que funcionan supuestamente dentro de la norma, es buscar todos
los recursos necesarios para lograr el acceso a los aprendizajes del currículo
escolar.
Para disertar acerca de los aspectos educativos de la
discapacidad sería pertinente comenzar por el análisis del mismo término,
abordado a través de la historia de diferentes maneras: retraso mental, retardo
mental, deficiencia intelectual, discapacidad intelectual, etc. Eso nos
llevaría a tocar cuestiones poco tratadas en nuestro contexto y que pueden ser
un buen referente para el desarrollo de nuestra práctica profesional.
Algunas definiciones:
Las terminologías se asocian a ideas y conceptos que implican
valores que la cultura ha adoptado y al evolucionar la sociedad cambia la
percepción en relación a ellos. Eso sucede con la discapacidad.
Las Naciones Unidas se han ocupado desde sus inicios en
superar la situación de las personas con discapacidad buscando vías para hacer
sus vidas más asequibles. Este interés se fundamenta en las libertades
fundamentales, la igualdad de todos los seres humanos así como en sus derechos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) a través de su
Programa de Acción Mundial para las personas con discapacidad, aprobada en la Resolución
37/52 de 3 de diciembre de 1982, de la Asamblea General de las Naciones Unidas,
desarrolla una clasificación en relación a Deficiencia, Discapacidad y
Minusvalía las que son utilizadas a nivel internacional. Plantean como:
Deficiencia: Déficit
en el funcionamiento, la pérdida o anormalidad de una parte del cuerpo o de una
función fisiológica o mental.
Discapacidad:
Limitación en la actividad referida a las dificultades en la ejecución
calificadas en distintos grados que supongan una desviación importante en
cantidad y calidad en relación en una persona sin alteración de salud. Dentro
de la experiencia de la salud, una discapacidad es toda restricción o ausencia
(debida a una deficiencia) de la capacidad de realizar una actividad en la
forma o dentro del margen que se considera normal para un ser humano.
Minusvalía:
Restricción en la participación, son problemas que un individuo puede
experimentar en su implicación en situaciones vitales, la participación está
determinada por lo esperado de un individuo sin discapacidad en una determinada
cultura o sociedad.
Dentro de la experiencia de la salud, una minusvalía es una situación desventajosa para un individuo determinado, consecuencia de una deficiencia o de una discapacidad, que limita o impide el desempeño de un rol que es normal en su caso (en función de la edad, sexo y factores sociales y culturales).
Dentro de la experiencia de la salud, una minusvalía es una situación desventajosa para un individuo determinado, consecuencia de una deficiencia o de una discapacidad, que limita o impide el desempeño de un rol que es normal en su caso (en función de la edad, sexo y factores sociales y culturales).
En ese mismo Programa de
Acción Mundial para las personas con discapacidad de las Naciones Unidas se
definen la prevención, rehabilitación y equiparación de oportunidades.
Prevención:
Significa la adopción de medidas encaminadas a impedir que se produzcan deficiencias
físicas, mentales y/o sensoriales (prevención primaria) o a impedir que las
deficiencias, cuando se han producido, tengan consecuencias físicas,
psicológicas y sociales negativas.
En realidad tratar la
prevención merece todo un apartado, pues debería de ser una constante en nuestra
labor, por lo que requiere de un tratamiento más profundo de esta información, no obstante presentamos los niveles de prevención que se plantean:
Rehabilitación: Es un
proceso de duración limitada y con un objetivo definido, encaminado a permitir
que una persona con deficiencia alcance un nivel físico, mental y/o social
funcional óptimo, proporcionándole así los medios de modificar su propia vida.
Puede comprender medidas encaminadas a compensar la pérdida de una función o
una limitación funcional (por ejemplo, ayudas técnicas) y otras medidas
encaminadas a facilitar ajustes o reajustes sociales.
Equiparación de oportunidades:
Significa el proceso mediante el cual el sistema general de la sociedad
--incluyendo el medio físico y cultural, la vivienda y el transporte, los
servicios sociales y sanitarios, las oportunidades de educación y trabajo, la
vida cultural y social, las instalaciones deportivas y de recreo-- se hace
accesible para todos.
Es importante destacar que con mucha frecuencia a las personas con discapacidad se las señala equívocamente como "personas con capacidad diferente". Esta definición no surge de las organizaciones competentes en la materia.
El término Discapacidad Intelectual no ha sido
conceptualizado como tal. La Asociación Americana sobre propiedad
intelectual y Discapacidades del Desarrollo (AAIDD a partir del 2006)
(anteriormente la Asociación Americana de Retraso Mental (AAMR) es una organización
profesional que aboga a favor de las personas con retraso mental.
En su edición de 1992 expresa “El retraso mental se refiere a limitaciones sustanciales en el
funcionamiento intelectual. Se caracteriza por un funcionamiento intelectual
inferior a la media, que coexiste junto a limitaciones en dos o más de las
siguientes áreas de habilidades de adaptación: comunicación, cuidado propio,
vida en el hogar, habilidades sociales, uso de la comunidad, autodirección,
salud y seguridad, contenidos escolares funcionales, ocio y trabajo. El retraso
mental se ha de manifestar antes de los 18 años de edad”
La AAMR se basa desde 1992 en
tres elementos importantes para determinar el RM:
ð Inteligencia.
ð Conducta
adaptativa.
ð Edad de
comienzo.
* Esta
inteligencia parte del funcionamiento intelectual por debajo de un nivel de
inteligencia inferior a la media tomando como referente un coeficiente
intelectual por debajo de 70, debiendo producir “problemas adaptativos”
* Las
habilidades adaptativas hacen referencia a la eficacia de las personas para
adaptarse y satisfacer las exigencias de su medio. Estas habilidades, según la
AARM, deben ser relevantes para la edad que se trate, de modo que la ausencia
de ellas signifique un obstáculo.
* En
relación a la edad de comienzo ellos presumen que lo normal es que una
discapacidad intelectual significativa se detecte en edades tempranas, a pesar
de ello plantean antes de los 18 años.
Además plantean un sistema de
clasificación basado en la intensidad de los apoyos.
En el 2002 proponen una nueva definición como un intento de
salvar las dificultades para evaluar las habilidades adaptativas, por lo que
incorpora nuevas precisiones conservando el término anterior. Lo define como:
Retraso mental es una discapacidad caracterizada por limitaciones
significativas en el funcionamiento intelectual y la conducta adaptativa tal
como se ha manifestado en habilidades prácticas, sociales y conceptuales. Esta
discapacidad comienza antes de los 18 años[1]
(Luckasson y cols., 2002, p. 8).
Sería pertinente reconsiderar el manejo del término conductas
adaptativas como lo perciben en esta asociación. Entonces no lo contemplaron
como un término más, involucra el conjunto de habilidades conceptuales,
sociales y prácticas aprendidas por la persona para su funcionamiento en la
vida cotidiana.
El manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos
Mentales es publicado por la American Psychiatric Association y proporciona
criterios de diagnóstico para los trastornos mentales. Según el mismos
(DSM-IV) plantea como concepto de
Retraso Mental: es entendido
como la capacidad intelectual significativamente por debajo del promedio
(medido a través del CI). Puede ser leve, moderado, grave o profundo.
La Defectología (ciencia desarrollada por Vigotsky y
sus seguidores) señala que en estos casos existe una insuficiencia generalizada
y estable de la actividad intelectual, con un carácter difuso e irreversible causado
por un daño orgánico en el SNC de etiología diversa. También puede estar dado
por una deprivación cultural.
Vigotski defendía la idea de la
necesidad de la comprensión de cómo aprenden las personas como un aspecto
fundamental de la teoría del desarrollo humano. Le concedió muchísimas
importancia al papel de los factores sociales, los factores etiológicos y la
intervención.
Él no considera que es un déficit el que
obstaculiza el desarrollo del menor, sino que su desarrollo es diferente al de
otros. “Un niño cuyo desarrollo ha sido obstaculizado por una discapacidad
(mental) no es simplemente un niño menos desarrollado que sus compañeros; más
bien, es un niño con un desarrollo diferente”[2]
El negarse a plantear la existencia de
personas discapacitadas, disfuncionales, defectivas o retrasadas se debía a dos
razones expuestas por él:
•No hay déficits, sólo procesos de
desarrollo cualitativamente diferente. Esto permite una mejor comprensión de la
diversidad sin una connotación negativa.
•Desde la perspectiva sociocultural el
problema primario o fundamental de la discapacidad no radica en el trastorno
sensorial o neurológico en sí mismo, sino en sus implicaciones sociales. Las
presiones sociales ya que se espera que funcionen como sujetos normales,
influyen en la baja autoestima de ellos.
No obstante a todas estas clasificaciones, aparece el término
necesidades educativas especiales, intentando
crear un nuevo enfoque donde se destaquen las necesidades pedagógicas que
presentan los escolares así como los recursos que se les deben de proporcionar,
en lugar de utilizar categorías diagnósticas por el tipo de discapacidad que
los pueden afectar, sin dejar de tener en cuenta los aspectos clínicos en la
evaluación y la intervención de estas necesidades.
Estas necesidades pueden o no estar asociadas a algún
déficit. Se entienden por necesidades
educativas especiales cuando un alumno presenta dificultades
mayores que el resto de sus compañeros para acceder a los aprendizajes, se
determinan en el currículo que le corresponde por su edad y necesita, para
compensar dichas dificultades, adaptaciones de acceso y/ o adaptaciones
curriculares significativas en varias áreas de ese currículo.
Las mismas pueden ser temporales y/o
permanentes dadas por causas físicas, psíquicas, sensoriales, afectivo-emocionales,
situación socio-familiar, casos de inadaptación cultural, lingüística, etc.
Pueden estar asociadas al ambiente escolar en el que se educa al alumno.
Este concepto destaca la naturaleza interactiva de las dificultades de
aprendizaje (si tomamos en cuenta el carácter interactivo
del aprendizaje), al reflexionar nos permite comprender que dichas dificultades
no sólo se encuentran en el alumno, sino también pueden estar dadas en las particularidades
del entorno educativo en el que se desenvuelve y/o en la respuesta educativa
que se le está ofreciendo al escolar, estimando además como el marco apropiado
la misma escuela común y tomando en consideración como último recurso la
escuela especial. Este criterio ha favorecido centrar la atención en las
verdaderas potencialidades de los escolares, sin etiquetas ni estigmas, prejuiciados
en supuestas limitaciones que no puede superar.
El término necesidades educativas
especiales aparece por primera vez en el informe Warnock (1978) conjuntamente
con las propuestas de integración y normalización.
En un intento por coincidir con los planteamientos que se
realizan en el informe antes mencionado, la AARM en el 2002 manifiesta que
se deben plantear unas recomendaciones claras sobre el uso del término retraso
mental en la vida cotidiana. Entre las recomendaciones que parecen más claras y
maduras para ser ya propuestas y aplicadas inmediatamente está el reducir el
uso de la etiqueta diagnóstica exclusivamente a los niveles en que es
estrictamente necesaria para ayudar a las personas. Y las situaciones en que
ese uso puede ser de ayuda están en la actividad investigadora, en la actividad
diagnóstica interdisciplinaria, o en la determinación de los apoyos y recursos.
La Organización Mundial de la Salud
(OMS) utiliza el término de Discapacidad Intelectual. La AARM a pesar de
conservar el nombre de retraso mental, emplea el de discapacidad intelectual.
Los países de Europa, exceptuando el Reino Unido que maneja Dificultades de
Aprendizaje, utilizan el término Discapacidad Intelectual.
Las diferentes corrientes han asumido en dependencia del
término el proceso de evaluación y por supuesto la intervención.
[1]
Análisis de la
Definición de Discapacidad Intelectual de la Asociación Americana sobre Retraso
Mental de 2002. Miguel Ángel Verdugo Alonso. Instituto Universitario de
Integración en la Comunidad. Universidad de Salamanca
http://inico.usal.es/publicaciones/pdf/AAMR_2002.pdf
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