El desarrollo psicomotor y del lenguaje. Algunas precisiones para la entrevista o anamnesis en la evaluación psicopedagógica (I)

La entrevista o anamnesis es una de las técnicas del proceso de evaluación psicopedagógica ya abordada con anterioridad. En ella se busca obtener información que resulta de interés en este proceso que es muy oportuna para la determinación de necesidades y buscar el origen de las mismas. 

Se solicita información que es necesaria contar con los parámetros de la norma para considerar la desviación de la misma, que se traduce en retrasos, alteraciones y trastornos. Muchas veces por falta de estas precisiones no se tienen en cuenta eventos que tienen implicaciones en el desarrollo del sujeto.

En esta oportunidad, a solicitud de algunos compañeros de Educación Especial se hacen algunas de estas precisiones en cuanto al desarrollo psicomotor y del lenguaje.

El desarrollo psicomotor es diferente en cada niño y depende del ambiente, su potencial genético o su carácter. Corresponde tanto a la maduración de las estructuras nerviosas (cerebro, médula, nervios y músculos...) como al aprendizaje que el bebé -luego niño- hace descubriéndose a sí mismo y al mundo que le rodea, sin desatender la estimulación que reciba en tal sentido de los adultos que lo rodean.

Existen factores que coadyuvan al óptimo desarrollo así como al establecimiento de un sólido vínculo madre-hijo, una estimulación sensorial oportuna y una buena nutrición.

Para poder considerar si existe un retraso en el desarrollo del niño es bueno conocer el periodo en que se alcanza cada uno de estas etapas.

En el caso del desarrollo psicomotor:


  •      Sostén cefálico: 3 meses                  
  •      Sedestación 5-6 meses
  •      Gateo: 6-9 meses
  •      Pararse: 9-10 meses
  •      Marcha: 12-14 meses

Se considera como retardo si posterior a los 18 meses no ha adquirido la marcha.

    Agarre palmar: 6 meses
    Agarre en pinza: 7-8 meses

La adquisición de la lengua materna tiene lugar en una serie de etapas que es bastante común a los niños de todas las lenguas y culturas. Algunas etapas son breves, y otras más largas; algunas pueden producirse durante un corto periodo de tiempo, aunque en general la transición entre ellas es bastante clara.

El desarrollo de este proceso tiene lugar a partir de la estimulación que recibe el niño desde los primeros momentos de vida. Éste se produce como se refiere a continuación:

   2 meses: Balbuceo No Lingüístico y Actividades Bucofonatorias. “Gorjeos”
   5-6 meses Balbuceo Lingüístico. Sonidos del habla de su entorno. Repetición de sonidos sin significado, pero parecen que lo tienen, y el adulto los interpreta en función del contexto.
   9-11 meses: Primeras palabras. Monosílabos Reduplicados y Onomatopeyas asociadas a situaciones.
  12-18 meses: Frases. Superan las 50 palabras.
   2 años: Lenguaje oracional. Hay un lenguaje telegráfico: estructura gramatical en la que eliminan las palabras función, pero que no les suprima el significado (determinantes, proposiciones,...)

El niño en lo adelante va introduciendo las principales estructuras gramaticales:
* Artículos determinados e indeterminados.
* Pronombres personales, posesivos, demostrativos.
* Adverbios.
* Subordinaciones, etc.

Sobre los 3 años: Artículos determinados e indeterminados.

     2 ½-3 años: Adverbios
     3 años: Yuxtaposición por conjunciones. Pronombres personales, reflexivos, posesivos y demostrativos.
     4 años: Subordinaciones causales y consecutivas.

A los 5 años (uso del lenguaje en distintos contextos) ya usan las principales estructuras gramaticales, su lenguaje ya está estructurado.

En síntesis, ya a los 5 años el niño debe haber concluido el desarrollo del lenguaje en sus componentes fonético-fonológico y sintáctico-gramatical, tanto el léxico-gramatical como el pragmático continúan evolucionando, todo en dependencia de la influencia de los diferentes contextos en los que interactúa. Haber logrado el niño el desarrollo del lenguaje es de suma importancia pues ha alcanzado una condición previa para la adquisición de la lectoescritura.

Es importante señalar que el desarrollo de un periodo o etapa es un indicador de la necesidad de estimulación, considerando el carácter preventivo de la intervención, sin soslayar que pudieran darse casos que la misma tenga una dimensión correctiva-compensatoria.






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